¡Buenas familia! Aunque la verdad es que la intensidad de la experiencia que estoy viviendo no me deja mucho tiempo libre, tenía muchas ganas de contaros cómo están siendo estas semanas en un país tan radicalmente diferente al nuestro como es India, contaros un poco sobre lo que he venido a hacer, el método de Yoga que he elegido, lo que estoy aprendiendo y un poco también sobre el sitio en el que me encuentro que es increíble.
¿Por qué vine a la India?
Empezando la historia por el principio, sabéis que como instructora de entrenamiento funcional y Pilates, muchas veces he recurrido al yoga como un complemento a mi entrenamiento. Es decir hasta hace bien poco, el yoga para mi era puramente una forma más de ejercicio físico, que además de ayudarme a mantener la flexibilidad y la salud de mi cuerpo, me ayudaba de alguna manera a conectar cuerpo y mente.
Pues bien, fue cuando me vine a vivir a Barcelona, estuve conociendo los diferentes estudios de yoga. La verdad es que hay muchos y bastante buenos, pero cuando por primera vez viví la experiencia de una clase de Jivamukti Yoga, mi sensación fue completamente distinta. Mi percepción del Yoga cambió completamente y a partir de ese día sólo pensaba en descubrir por qué.
Por una parte, el nivel técnico de la clase me pareció buenísimo. Una clase un nivel bastante alto, pero maravillosamente estructurada de tal manera que te permitía avanzar muchísimo en las posturas. Era como si la estructura tuviera una lógica completamente estudiada y cuidada para avanzar. Por otro lado, el ritmo con el que la instructora (Olga) impartía la clase sin realizar una sola postura me pareció increíble.
Y es que durante toda la clase, Olga paseaba entre los estudiantes, asistiendo en las asanas para realizarlas correctamente, o simplemente para poder llegar más lejos en las mismas. Me encantó esa sensación de confianza en que transmitía a la vez que la sensación de percibir que eres capaz de mucho más de lo que imaginas.
Además durante cada asana, en todas sus fases, la entrada en la postura, la postura en si, y la salida, la clase estaba perfectamente relacionada con la respiración, haciendo de la misma un Vinyasa completamente fluido. Os prometo que como profesora aluciné con la capacidad de guiar la clase de esa manera, y pasearse además por toda la clase la vez que dirigía con una técnica para asistir en las posturas y corregir a través del contacto físico para que sin levantar los ojos de la colchoneta pudieras seguir la clase completa. (ya os hablaré de esta parte tan bonita de las asistencias en este método)
En fin técnicamente todos esos motivos me cautivaron desde el principio, pero de esa clase salí además con algo diferente. Al principio de la clase, se fija una intención y se hace una pequeña reflexión sobre ella, se canta, se fija ese atención con un mantra…y se lleva a través de la clase convirtiendo la secuencia de los movimientos que estás haciendo, en algo que va mucho más allá de una ejercicio físico. Al final de la clase, se cierra con una meditación , y una despedida final en forma de reflexión acorde a la clase. Fue como si fuera algo más que el yoga que yo conocía hasta ahora. Y no me equivocaba.
Jivamukti Yoga
Cuando salí de la clase, hablé con Olga y me explicó en que consistía Jivamukti Yoga, lo mismo que voy a intentar hacer yo ahora, pero me dijo también que si quería saber más lo mejor era que me leyera el libro Jivamukti Yoga, practices for liberating Body and Soul de Sharon Gannon and David Life, los creadores de este “Estilo de Yoga” y salí de allí ese primer día con el libro comprado.
Sharon y David, son dos artistas (bailarina y pintor) de New York que llegaron al Yoga por distintos motivos en sus vidas, principalmente para ayudarles en sus carreras artísticas o por lesiones que no conseguían superar. Deslumbrados por la capacidad de sanación de estas prácticas, quisieron saber más, y más y así vinieron a la India, la cuna del Yoga.
En sus largas temporadas aquí, conocieron varios gurús con los que pasaron largas temporadas, aprendiendo de los diferentes estilos de Yoga. Y tras años de práctica, experiencia personal, inmersiones, maestros…crearon su propio método integrando los 4 diferentes estilos de Yoga (Karma- servicio, Raja emociones, Bhakti devoción Y Jñana. intelecto) en uno que recompilara lo más importante de cada uno en lo que llamarón Jivamukti Yoga, como el camino hacia la iluminación, a través de la compasión hacia todos los seres.
Dicho así suena un poco místico, pero para explicarlo un poco es un Yoga que trabaja desde 5 pilares principales:
- Bhakti, la devoción (hacia Dios en cualquier forma que quieras verlo, desde Cristo, Buda, Krishna, hasta la mejor versión de ti mismo)
- Ahimsa. El principio de no violencia, hacia ningún ser vivo
- Nadi, el poder del sonido, de la vibración, de la música
- Dhyana, la meditación como parte importante del proceso de iluminación, para liberarnos de la identificación que hacemos de nosotros mismos con nuestros pensamientos.
- Shastra: las escrituras, los textos sagrados del Yoga, en sanscrito contienen un doble poder por un lado iluminador por sus enseñanzas y por otro sensorial por la especial vibración de los textos en sanscrito y el efecto que tienen sobre el cuerpo. (sobre nuestra propia vibración, nuestra energía)
Me faltan hojas en este blog para explicaros el por qué de todo eso, (aunque llegará el día en que lo haga porque es lo que estoy descubriendo aquí y me encantará trasladaros todo) pero de momento quiero centrarme en sacar el máximo partido a todo lo que puedo aprender aquí de estos grandes maestros.
Mi vida en la India
Y aquí estoy yo, en la India, viviendo el Jivamukti Yoga, ¿Cómo es mi vida aquí? Pues tenemos una rutina de más de 12 horas de clases, cantos, practicas, meditación y estudio al día. Hacemos dieta vegana para cumplir con el principio de Ahimna y vivimos en Govardhan Eco Village (GEV) , una comunidad agrícola sostenible y un centro de retiro en las montañas Sahyadhri, al norte de Mumbai.
Tienen su propio sistema de reciclado de agua, de fabricación de ladrillos de reciclado de plásticos para vivir en armonía con el medio ambiente, y es un centro de retiro espiritual para muchos monjes y visitantes que quieran venir a pasar una temporada de conexión consigo y la naturaleza.
Este sitio es una auténtica pasada. (ya habéis ido viendo mis fotos estos días en instagram). Existen multitud de templos, recreaciones de grandes templos importantes de la India donde se celebran rituales cada día, donde puedes perderte a meditar, hacer yoga, pasear o sentarte a contemplar las increíbles salidas y puestas de sol.
La verdad que el ritmo es bastante intenso y son tantas cosas las que estamos absorbiendo que aquí las emociones son muy intensa. Tengo días en los que me siento tranquila y serena, días en los que me siento desbordada, días en los que me siento súper feliz, y días de menos energía en las que extraño mi vida, mis seres queridos y mi zona de confort.
yoga y Yoga
Pero si algo tengo claro es que esta experiencia no me dejará indiferente. Somos más de 70 personas unidas por la misma pasión, por «ser Yoga», que no es lo mismo que «aprender yoga». Si os habéis fijado durante todo el post, he escrito yoga con minúsculas y Yoga con mayúsculas porque no son lo mismo.
Cuando hablo de «yoga» con minúsculas, me refiero a la práctica de las asanas, quizá algo de meditación, etc…lo que hacemos generalmente en nuestras clases en occidente. «Yoga» con mayúsculas, es un estado, al que se llega a través de todas las prácticas que mencionaba antes, y que conducen a un estado de liberación de uno mismo hacia una consciencia mayor.
Parece complicado de entender, sobre todo si como yo no sois religiosos y cada vez que mencionan “alcanzar la iluminación o a Dios como el fin último”, os quedáis con la sensación de estar fuera de juego. Pero en el fondo, cuando identificas ese estado que llaman iluminación como la mejor versión de ti mismo, capaz de sentir amor hacia todo, alegría por las alegrías de los demás, compasión por el sufrimiento de los demás y ecuanimidad ante todas las situaciones…el mensaje se parece mucho a muchas de las cosas de las venimos hablando, a camino hacia la felicidad que todos andamos buscando.
Como frase para cerrar hoy os dejo por aquí uno de los mantras con los que empezamos cada día la jornada y cuya traducción refleja exactamente lo que he tratado de explicaros.
Lokha Samastah sukhino bhavantu
Permite que todos los seres sean felices, y haz que mis palabras, acciones y pensamientos contribuyan de alguna manera a esa felicidad y libertad para todos.
Namaste
Pau
Hola Paula,me interesa cada vez mas el yoga (el cual practico todas las mañanas desde hace casi 10 años pero siempre de forma autodidacta.Este post me.ñ ha resultado muy inspirador Cuando hablas de Olga te refieres a Olga Oskorbina?gracias por la aclaracion,me encantaria hacer algun workshop con ella.laura
Me ha encantado el post! Qué bonito lo que estás viviendo, se nota en tus palabras que estás en plena transformación interior. Aprende mucho y luego nos lo enseñas! Disfruta, Namaste ??
A seguir disfrutando de esta maravillosa experiencia Paula!!