¡Qué sensación! Volver a escribir por aquí después de tanto tiempo y sobre todo, después de ser mamá.
Literalmente os estoy escribiendo con mi peque detrás de mí tirándome de vez en cuando de la camiseta, en plan “Hazme caso” jajaja…
Bueno, muchos de vosotros ya la seguiréis por Instagram y la verdad que es un bollito precioso que me tiene robado el corazón (y el sueño…jijiji).
Es curioso como al entrar por aquí todo era igual, mismo blog, misma familia por detrás y sin embargo yo, no soy la misma. No soy ni mejor ni peor, pero no soy la misma.
La maternidad ha cambiado muchas cosas, ha cambiado mi cuerpo, mis hormonas, mi piel y el cabello que se caen…pero lo bueno es que todas ellas, o la mayoría son reversibles. Excepto una, mi manera de afrontar el mundo, y mi escala de valores, ahora son totalmente diferentes.
Ahora me cuesta menos decir que no a cosas que no me sumen y me quiten tiempo de estar con ella, ahora disfruto incluso el triple el poco tiempo que tengo para mí para cuidarme o estar conmigo misma.
En estos meses he estado muy centrada en ella, y ahora poco a poco voy volviendo a sentirme yo misma. Tanto física, como mentalmente, y la verdad es que estoy muy contenta de cómo me siento.
Estoy muy agradecida de haber priorizado mi recuperación desde el minuto 1, aunque los primeros cuarenta días solo pudiera cumplir con “la cuarentena”… y tratar de descansar lo máximo posible y dejar que el cuerpo se fuera recomponiendo por dentro. (esto era lo que más me costaba)
Pero desde que empecé a sentirme mejor, arranqué con todo el trabajo de recuperación. Comencé con sesiones cortitas con ejercicios de movilidad para recuperarme de las largas jornadas de lactancia, centrándome en liberar la espalda y el cuello.
Empecé secuencias específicas con Andrea mi entrenadora de suelo pélvico y con algunos ejercicios sencillos para comenzar a recuperar mi abdomen y cerrar la poquita diástasis que en mi caso había.
Lo que si sufrió bastante en el parto que fue un expulsivo bastante intenso fue la vejiga, e inicialmente tenía un poco de prolapso, así que a esto sumé unas sesiones de cabina con Laura Pastor que me vinieron de maravilla para recuperar la cicatriz y sobre todo, para ir viendo el efecto en mi suelo pélvico del ejercicio que iba incorporando con Andrea.
Laura tiene un aparato que mide mi respuesta cuando hacía una sentadilla, un lunge o un salto por ejemplo. Así que tenía información privilegiada de los ejercicios que vienen bien y mal.
Programa Phi Maternity
Con todo esto, me sentí tan acompañada que no podía por menos crear un programa para poner al alcance de todas las mujeres estas herramientas tan maravillosas con las que yo me he sentido “otra vez yo”.
Junto con Andrea hemos creado un programa sencillo, accesible a todo el mundo, con sesiones cortitas que puedes hacer desde el alta médica para volver a ser tú.
Como en cualquier programa de PHI, trabajamos la parte física con entrenamientos adaptados a la recuperación abdominal y pélvica, y la parte emocional con sesiones que te permitirán recuperar tu energía, vitalidad y seguridad en ti misma.
Sin duda esos pequeños instantes de conexión contigo misma que servirán para tener más energía con tu bebé.
Además, este programa tiene una novedad importante. Puedes realizarlo, como los demás, de forma autónoma, pero en esta ocasión, si lo necesitas, te damos una opción Premium, en que, además del programa genérico, podrás disfrutar de 2 sesiones individuales cara a cara vía zoom, una con Andrea y otra conmigo.
En el vídeo de presentación que está en la página que os he enlazado más arriba, os contamos un poco más sobre cómo surgió, cómo funciona el programa etc. Sabemos que la maternidad es un viaje en todos los sentidos y con esto sólo queremos tenderte la mano hacía el regreso a ti.
Porque como decimos siempre…
Si tu estás bien, todo está bien.
Os he echado de menos
Pau