Buenos días familia. No quería despedir el 2018 sin pararme un momento a reflexionar lo que ha sido este 2018, fijar mis intenciones para el 2019 y agradeceros una vez más que seáis parte de mi proyecto de vida a través de esta nuestra ventana en la que compartimos tantas cosas.
Sin duda el 2018 ha sido un año intenso, creo que es uno de los años en los que más siento que he crecido de los últimos tiempos. Y eso no quiere decir que haya sido fácil, porque ya sabemos todos que generalmente en aquello que nos pone un poquito contra las cuerdas, es de donde solemos sacar el mayor aprendizaje y así ha sido para mí este año.
Un año que me llevó a la India en busca de dar un paso más en mi aprendizaje profesional para formarme como profesora de Yoga y en mi crecimiento personal ya que sin duda es un país que te saca por completo de tu zona de confort y te hace valorar la vida de una manera diferente. En este post, para mí el más sincero y auténtico del año, os hablaba un poquito de las principales lecciones que me llenaron mi mochila de vuelta. Hoy es un buen día para recordarlas.
Porque es curioso, pero hay muchas cosas como la importancia de valorar más las pequeñas cosas, no enfrascarnos tanto en nuestros deseos, ambiciones o estar más conectados con nosotros mismos y más tranquilos ante la vida…que todos las sabemos, entendemos y queremos aplicar en nuestra rutina, pero que por la naturaleza de la sociedad en la que vivimos, la tendencia natural es a olvidarlas y vivir de acuerdo a otros valores como son la prisa, la desconexión que nos llevan a no disfrutar realmente de prácticamente nada.
Tan sólo parándonos unos instantes cada día para recordarlas podemos mantenerlas más presentes en nuestra forma de vivir.
La libertad consiste en reconocerte como dueño de tu propio destino, sabiendo que con tu mente y tu actitud puedes actuar en la realidad que construyes.
Estos días salía un reportaje muy bonito en Vogue que hablaba de personas que cambiaron sus vidas para cumplir sus sueños o vivir de una manera más acorde a lo que querían en su vida. Ahora se cumplen 5 años desde que arranqué con este blog y 4 desde que dejé mi trabajo para dedicarme en cuerpo y alma a mi pasión y he rememorado cuáles fueron los miedos a los que me enfrenté, cómo los superé y cómo siento que esa transformación ha enriquecido mi vida.
Ha sido muy bonito e inspirador compartir mi historia y descubrir la de otras personas que se han re-inventado a sí mismas. Os lo dejo por aquí que es muy motivador.
Pero al final, no se trata de que todos dejemos nuestros trabajos, cojamos una mochila y nos vayamos a dar la vuelta al mundo. Se trata de valorar más lo que tenemos. Se trata de no obsesionarnos con lo que no tenemos. Se trata de quedarnos con las cosas que nos hacen crecer y se trata de no quedarnos en los lugares que nos lo impiden. Se trata de no dejarnos llevar por el miedo y aplicar el mejor remedio que hay para éste, el amor y la confianza.
Hace poco una persona que es un gran maestro para mí, me envío un vídeo que hablaba de algo que quería compartir con vosotros en un día como hoy, porque me ayudó mucho a cambiar mi mirada hacia muchas cosas y personas que pasaban en mi vida.
En el, Xavier Pedro Gallego describe la vida es como un vídeo juego donde van cambiando las pantallas (las circunstancias) En ella vamos tomando decisiones y eso supone abrir unas puertas para cerrar otras. Es curioso que la palabra decisión viene del latín “decedere” y significa cortar. Decidir implica necesariamente una renuncia. Según las decisiones que vamos tomando vamos apareciendo en distintos escenarios.
En ellos cada cosa, y cada persona que te encuentras en tu vida, es para ti una lección o una bendición. Es una especie de mensajero que viene a mostrarte algo que teníamos que aprender o es como un regalo que te has ganado (como las vidas extras) y que está en tu vida para hacerla más bonita y disfrutar más de ella si lo aprecias.
Cuando una persona o situación se acerca a tu vida y es una lección, nunca te alejes de ella, porque entonces llegarán otras personas a tu vida para mostrarte de nuevo esa lección, ya que, si no, no podrías pasar de pantalla. Atiende y en vez de maldecir el problema, bendice la lección.
«Lo que resistes, persiste. Lo que aceptas, te transforma»
Así que párate un segundo y piensa en tu vida, piensa en este año, en las situaciones y las personas que te han rodeado, ¿Son bendición o son lección? ¿Sabes reconocer a aquellas que son lección? Sabiendo que estas personas o situaciones, son lecciones en nuestra vida, nuestra mirada hacia ellas cambiará y podremos verlas como una bendición ya que la vida es un sin fin de lecciones y bendiciones y son esas mismas las que te construyen como lo que eres. Aliméntate de ella, deja que te haga expandirte.
He leído que esta salida del año estaremos en la Luna menguante y esta puede ayudarnos a menguar lo que nos incomoda. Así que nochevieja, en vez de pedir, prosperidad, amor, salud… es un buen momento para apartar, alejar, dejar ir. Deseemos dejar ir la frustración, la impaciencia, la rigidez, el miedo, la falta de amor, los pensamientos negativos.
Es un momento para liberar lo que nos desgasta y hacer lo que realmente deseemos desde nuestro corazón, que a eso hemos venido. Así que tómate un momento hoy para escribir lo que quieres soltar para entrar en el 2019 ligeros y abiertos a toda la belleza que nos espera. Escríbelo y quémalo para dejarlo marchar.
Y me quedo con la frase de Hunter S. Thompson que he descubierto en el artículo y me ha llenado de fuerza:
«La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!»
¡Feliz 2019 familia!