Buenos días. ¿qué tal estáis? Yo la verdad que disfrutando un montón de las vacaciones, de tener más tiempo para leer, para estar con los míos y para disfrutar de las cosas con calma y sin estrés…en resumen tratando de ser feliz.
La verdad es que en vacaciones en más fácil hacerlo, pero la verdadera clave es conseguir llevar este espíritu a nuestro día a día, con el trabajo y las obligaciones y poder seguir disfrutando de la vida.
Pues bien, ahora que tenéis más tiempo para leer, conectar y descansar, es el mejor momento para desarrollar estrategias que nos ayuden a conseguirlo.
Cómo sabéis este año he estado formándome como profesora de Mindfulness con el programa de entrenamiento 8 semanas MBSR (Mindfulness based Stress Reduction) orientado a mejorar la atención, reducir el malestar o el estrés y a manejarse mejor en situaciones complejas y en momentos difíciles. Y muchos de mis post de este año, han estado relacionados con lo que para mi es una nueva forma de entender la vida.
En este post os hablaba de 6 buenas prácticas para ser más felices. Porque “La felicidad no es un estado, es una decisión que tomamos cada mañana al despertar”
En principio, todas las cosas que hemos visto suenan muy lógicas y parece como si ya las supiéramos, sin embargo, he podido ser consciente de la cantidad de veces que por inercia, el ritmo del día a día, nuestros prejuicios y muchos otros factores, no las ponemos en práctica porque vamos con el piloto automático (esa forma de hacer las cosas sin prestar atención, de prisa y corriendo, mientras pensamos en otras cosas, y sin disfrutar en realidad de casi nada de lo que hacemos diariamente).
El estrés y el ritmo de vida que nos hemos ido marcando hace que muchas veces nos desconectemos de ese estado de armonía en el que puedes ser feliz
Pero eso podemos cambiarlo. ¿Cómo? Lo más importante es entender correctamente cómo funciona el mecanismo del estrés y tener estrategias para enfrentarnos a ello.
Una mente más tranquila y presente es una mente más eficiente, centrada y positiva; capaz de lidiar con el día a día sin dejarse arrastrar por los pensamientos negativos, por las dificultades, por el “piloto automático”.
En este post veíamos en profundidad este tema tan interesante y que nos afecta a todos.
Otra de las experiencias que más me han aportado de este año, ha sido mi viaje a la India, donde realmente creo que en dos meses realice un crecimiento personal mayor que en los últimos años.
Pero como decía antes, la clave no es irse fuera y cambiar nuestra forma de comportarnos. La clave es conseguir llevar esa filosofía dentro de nosotros para adaptarla nuestra vida real. No se trata de cambiar la realidad en la que vivimos, se trata de cambiar los ojos con la que la miramos.
Porque la realidad como tal no existe. La realidad la creamos de lo que vemos, sentimos y pasamos por el filtro de nuestro cerebro sujeto a nuestros prejuicios y estados mentales.
Hay actitudes y maneras de tomarnos las cosas que pueden ayudarte a disfrutar más de todo y ser más feliz. Al menos yo soy de las que piensa que todos podemos cambiar. Tan sólo hay que trabajar para conseguirlo.
La libertad consiste en reconocerte como dueño de tu propio destino, sabiendo que con tu mente y tu actitud puedes actuar en la realidad que construyes.
El post Tres reflexiones para ser feliz es para mi uno de los post más auténticos que he escrito y con más contenido desde que tengo este blog. Por ello me encantaría compartirlo de nuevo con vosotros y ver si también os suenan muchas de las cosas que nos frenan a la hora de ser felices en nuestra vida, ya que en el fondo, todos somos más parecidos de lo que nos pensamos, y tenemos los mismos anhelos, y las mismas preocupaciones.
Y por último, poco antes de vacaciones, os dejaba este post en el que os hablaba de cómo desarrollar esa capacidad en nosotros de generar más compasión. De hacer que las cosas negativas nos afectan menos, de no dejarnos herir tanto por los demás y de quedarnos con lo positivo y bonito que cada persona que pasa por nuestra vida tiene que ofrecernos.
Los pensamientos de amor y amistad nos permiten alegrarnos por el éxito ajeno, nos permiten entender al de enfrente, y poder ayudarle mejor. Nos protegen del sufrimiento causado por la ira y los celos. Nos permiten cultivar la compasión, la alegría empática y la ecuanimidad, haciendo más agradable la vida de los que nos rodean y la nuestra propia.
La capacidad de generar amor, hacia los demás, trae ese amor de vuelta hacia nosotros mismos. Al final, no se trata de un acto puramente altruista, esta actitud nos ayuda a liberarnos del sufrimiento y hay maneras de conseguir realizar una apertura de nuestro corazón en esta dirección.
Espero que disfrutéis de este post y que os ayude tanto como a mi a hacer del lienzo de mi vida un cuadro mucho más bonito. Está en nuestra mano.
Un abrazo
Pau
Ooooh Paula, muchas gracias! Ayer fue mi cumpleaños y me hiciste uno de los mejores regalos! Muchas gracias, me encanta como escribes! Besos 😉
Hola Ainhoa, qué bonito! Muchas gracias y espero que disfrutases mucho de tu cumpleaños.
Un abrazo enorme.