Muy buenas!!!
Aún emocionada de la preciosa experiencia de la Carrera de la Mujer del domingo seguimos adelante con el hilo conductor del running.
De verdad me pareció súper emocionante ver como 32.000 mujeres participaban esa mañana en una causa tan bonita. Para mi todo esto es un sueño, ya que siempre digo que una de las motivaciones principales de este blog y de gran parte de mi trabajo, van encaminadas a conseguir que el deporte llegue a muchas personas, en especial las mujeres porque creo que a día de hoy es el mejor remedio contra todos los males, sobre todo los relacionados con la salud mental. Y es tan bonito ver cómo entre todas estamos cambinado el mundo, que me siento muy feliz.
En particular esta carrera, me hacía especial ilusión porque la iba a compartir con varias amigas que se animaban por primera vez a probar la experiencia de ponerse un dorsal. No os puedo expresar lo bonito que fue para mi vivir el momento de cruzar la meta con ellas y ver que lo conseguían. Ese abrazo con lágrimas de ilusión y superación. Algo que hace un año no hubieran imaginado. Todavía se me pone la piel de erizo. A ellas y a todas las que lo conseguisteis, enhorabuena de corazón chicas. Sois unas valientes!!
Bueno, que me enrollo y podía seguir un rato hablando de esa experiencia, pero toca ponerme un poco más seria. Hoy quiero que este post sea una pequeña llamada de atención para todas y todos esos nuevos runners que me alegran el alma, pero ante los que también , me salta un pequeña señal de alarma. Y una vez más hablo en primera persona, desde mi experiencia personal y lo que veo en la gente que me rodea.
Siempre destaco las ventajas de una vida activa y saludable, y entre las muchas actividades que podemos realizar, es verdad que correr es una de las más gratificantes. Tiene algo que engancha y además muchísimos beneficios para el cuerpo. Pero también es verdad, que es una de las actividades más lesivas, y quien más y quien menos, sufre de alguna lesión en su vida de runner.
Y os digo que hablo en primera persona, porque con más de 15 años dedicándome al mundo del fitness en mayor o menor forma, nunca, hasta ahora había sabido lo que era una lesión. Y parece que ahora que he empezado a correr más en serio, todas afloran a la luz.
Si os digo la verdad, es lo único que me da miedo de no poder cumplir mis objetivos de este año. Desde que he empezado a entrenar, mi motivación y mis ganas por cumplir mis entrenamientos, viajan a una velocidad y el cuerpo sin embargo, lo hace a otra completamente distinta.
En estos dos últimos meses, he tenido un principio de periostitis, que afortunádamente paré a tiempo con unas buenas sesiones de fisio y cambiar mis zapatillas. Ya sabéis que yo soy Nike de corazón, pero no todas las zapatillas valen para lo mismo. Al nivel de kilómetros semanales que yo estoy entrenando necesitaba unas con una buena amortiguación, y por eso ahora me he pasado a las nuevas Vomero 10. Desde entonces, esto no me molesta y al contrario de lo que suele pasar con las zapatillas de más drop, no las siento pesadas y si bastante reactivas.
Además he estado muy dolorida de las caderas ( me diagnosticaron principio de pubalgia) por un motivo que ahora más adelante os cuento…y afortunadamente también lo he conseguido controlar con estiramientos y fisio.
Y desde que he vuelto de NY, lo que me está dando guerra es la rodilla derecha. Cómo muchas mujeres jóvenes que conozco, hace unos años me diagnosticaron condromalacia rotuliana. Fue justo después de hacer el Camino de Santiago y ha sido la única vez que he estado parada por una lesión. Tras casi tres meses de inactividad, pude volver al deporte y desde entonces siempre he sabido que mi rodilla es mi punto débil. Sin embargo y cómo os explico también en este post más adelante, creo que lo que me provoca los dolores de rodilla no es tanto el desgaste del cartílago sino los efectos de mi postura al correr.
En fin, que ha sido bajar un poco mi intensidad de trabajo de fuerza y aumentar el de running, más las largas pateadas del viaje a NY, y ha vuelto a saltar la alarma de mi rodilla. De momento me permite correr, pero el domingo después de la carrera, me tuve que poner hielo porque me dolía bastante y esta semana estoy cambiando las zapatillas por el bañador y la piscina porque lo noto bastante.
No quiero despistarme de mi objetivo en Bombers para este año, ya que queda menos de un mes, y estoy lejos todavía de poder hacerla al ritmo que me había propuesto. Espero y deseo que pueda cumplirlo, ya que me hace muchísima ilusión, pero como siempre digo, la salud es lo más importante y el cuerpo manda. Así que habrá que escucharlo. Veremos cómo responde este fin de semana en la Media Maratón de Formentera.
Por todo esto que os cuento, y porque estoy segura de cada uno de vosotros podrías escribir vuestra propia historia de lesiones desde que habéis empezado a correr, es por lo que decidí investigar un poquito más a fondo sobre mi forma de correr y cómo podía influir ésta en las lesiones. Así que os lo cuento por si os puede ayudar.
Busqué entre los centros que realizan estudios biomecánicas y elegí Tierra Clínica, ya que a través de un amigo me habían hablado muy bien del chico que lo realiza, ( Javi ) porque es podólogo y fisioterapeuta y eso ayuda a marcar la diferencia porque le da una visión mucho más global. La verdad es que después de realizarlo yo también soy de las que lo recomienda.
Este estudio se hace para detectar a nivel del pie, rodilla o cadera dos cosas que conducen a la lesión:
- Las fuerzas patológicas
- Movimientos o patrones lesivos
Lo primero que me indico Javi, fue una cosa sobre la que estaba equivocada y tiene relación con los dolores de cadera que tuve antes de visitarle.
No hay una mejor forma de correr. El estilo o la forma de correr es específico e individual de cada persona. En la actualidad no existe ninguna evidencia científica que demuestre que correr de una forma u otra disminuye la tasa de lesiones, por lo tanto, si no tienes dolores, molestias o lesión, NO CAMBIES NUNCA TU FORMA DE CORRER PORQUE ES ENTONCES CUANDO PODRÍAS LESIONARTE.
Esto es precisamente lo que me pasó al intentar corregir mi tendencia a entrar con el pie ligeramente por delante de lo que se «dictamina como correcto» Me dijeron que para ello tenía que intentar llevar la cadera más adelantada ya que debido a mi lordosis, o «culo pollo», como lo queráis llamar, tiendo a llevarla hacia detrás. ¿Y que pasó? Que después de unos días entrenando, centrando toda mi atención en corregir esto, surgieron los dolores de cadera.
Corriendo con un patrón o forma determinada se aumentan las cargas en unas estructuras. Y si cambias la forma de correr, aumentas la carga en otras estructuras del miembro inferior (rodilla, cadera y pie) y es entonces cuando puedes lesionarte.
Javi me indicó que estos cambios, de querer hacerlos, deben ser súper súper progresivos, para que el cuerpo pueda ir adaptándose paulatinamente a las cargas y los esfuerzos. Así que ya sabéis, poco a poco que si no, al final, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Entonces me preguntaréis, si no debo cambiar lo que hago, entonces ¿para qué sirve un estudio biomecánico? Pues más que para «mejorar» mi técnica de carrera, para tratar de «evitar» lesiones. Lo que trata, es de detectar las fuerzas patológicas o movimientos anormales que ocurren de forma específica en el corredor.
Cada persona tiene unos factores específicos que requieren de soluciones específicas. El objetivo del tratamiento es siempre disminuir la carga en la articulación/tejido lesionado. Pero como hemos dicho y repito las veces que sea necesario, todo esto de manera muy paulatina y controlada.
Os cuento un poco en que consistió el estudio que me hicieron. Se divide en dos partes fundamentales el análisis estático y el dinámico
Análisis estático .
En esta parte se realiza primero un análisis tumbado en la camilla en dos posiciones: decúbito supino y decúbito prono. En esta parte se valora
1. movilidad o restricción del movimiento articular y la fuerza aplicada para conseguir dicho movimiento.
2. La fuerza o debilidad muscular de algún segmento concreto.
Despúes te pones de pie y se realizan diferentes test y pruebas (test de Jack, test de resistencia a la supinación…) que sirven para determinar la alineación y posición de las diferentes articulaciones en carga y de forma global, la posición de todo el miembro inferior y superior. Se analiza también las fuerzas patológias que se encuentran presentes en carga y cómo dichas fuerzas producen tensión o estrés en los tejidos. En esta parte del análisis , mi cuerpo respondía a todo con normalidad y tan sólo detectó un poco de tensión en la fascia plantar.
Y por último analizan el control propiocéptivo, es decir, la estabilidad del control del movimiento que tenemos. Está fue la parte en la que Javi detecto el origen de mis problemas.
Análisis dinámico
Esta parte se realiza primero con un sensor de pisada que analiza la distribución de fuerzas al pasar por encima. En mi caso, esta distribución era homogénea y bastante centrada en el metatarso con lo que no indicaba nada fuera de lo común.
Y otra parte se realiza en cinta de correr, valorando la marcha y la carrera con una grabación en la que se busca detectar los patrones anormales que se producen en la carrera y que podrían ser la causa de la lesión.
Aquí si pudimos observar como mi pie entra un poco más adelantado de lo que debería, pisando ligeramente por delante de la recta que une la cabeza con el suelo de manera vertical y la cadera sin embargo se queda un pelín retrasada. Pero como él me dijo, esto es algo que de querer corregir, debo hacerlo muy poco a poco para que no vuelva a pasarme lo de la cadera. Descubrimos, que si aumento un poquito la cadencia en carrera, automáticamente estos dos efectos disminuyen, así que el me recomienda que empiece por ahí, pero con cambios muy sutiles.
El resultado de mi estudio y que cómo veréis casa bastante bien con lo que os contaba al principio es el siguiente.
Dolor ocasional alrededor de la rótula en el miembro inferior derecho compatible con síndorme femoropatelar. (SFP) (dolor a nivel del fémur y la rótula) Este síndrome es una de las lesiones más frecuentes y al mismo tiempo más difíciles de tratar en los corredores.
Produce un dolor de los tejidos alrededor de la rótula y el fémur. Dicho dolor está producido por un aumento de las fuerzas comprensivas a nivel lateral de la articulación.
Y…¿por qué se producen estas fuerzas comprensivas? La causa principal es un movimiento en rotación interna y addución del fémur con respecto a la rótula.
En la foto se ve claramente cómo mi rodilla al flexionar se dirige hacia dentro saliendo del espectro del láser. Un ejemplo para entenderlo fácil, es una analogía que me puso Javi sobre un tren. Lo normal sería que el tren se moviera sobre las vías, pero en mi caso, caso, ocurre al revés, son las vías las que se mueven debajo del tren.
Lo bueno de esto, es que Javi me decía que el cree que yo no tengo desgastado el cartílago de manera grave, sino que es el efecto de este movimiento que hago lo que me produce infamación y por tanto dolor.
Bueno, creo que hasta aquí todo esto ya es muy denso por hoy. En un próximo post y dado lo habitual de este problema, trataré más acerca los detalles de esta típica lesión de los corredores y qué podemos hacer para evitarlo.
Mil gracias a Javi, por acercarme a entender el comportamiento de mi cuerpo, por seguir aprendiendo por ayudarme a construir este interesante post que como siempre espero y deseo que os sirva de utilidad.
Un abrazo
Pau