Vivimos en una época que nos hemos inventado el día de todo…el del padre, la madre, de los abuelos, el de la mujer, el del agua, el día del beso, de internet, de la poesía, de la música. Tenemos también el día del buitre, el de la gente de mar, del chocolate (este me gusta), de la sonrisa, de la no violencia …tenemos hasta el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados…algo súper importante en nuestras vidas….jajajaja. Pues hoy os voy a hablar precisamente de uno de ellos, el Día Mundial de la Felicidad.
En fin, que a veces me pregunto si no estamos perdiendo un poco el norte y ese vuelo espacial tripulado, lo necesitaríamos para volver de la galaxia surrealista que nos hemos creado y a la que llamamos vida…jajaja. Perdonadme si estoy un poco filosófica, pero si algo bueno tiene tomar distancia y perspectiva de nuestro día a día, es que te permite ver con más claridad tu vida, lo que tiene sentido y lo que no.
Y en ese caso, tener un día para celebrar la felicidad pues no sé si tiene mucho sentido, pero si sirve para intentar hacer una reflexión de cómo podemos ser más felices en nuestra vida, y no para serlo un día aislado, pues bienvenido sea.
La verdad es que ese es precisamente el pensamiento que me acompaña en estos días de vuelta de mi viaje. Después de la experiencia Vipassana que os hablaba en el último post y el mes que me he pasado viajando por Sri Lanka con ningún plan establecido y una mochila a la espalda como únicas pertenecías, creo que es muy importante que me pare un momento a reflexionar sobre qué me traigo de todo lo que he vivido.
Sin duda es algo con mucho más valor que nada de lo haya en esa mochila o lo que pueda encontrar en mi casa llena de objetos que no necesito a la vuelta. Porque si algo tengo claro, es que la felicidad no es algo que se consiga con cosas materiales. La felicidad no se puede comprar. La felicidad se cultiva, se crea y trabaja cada día.
Y por eso todo lo que estoy haciendo en estos últimos años trato que me acerque a ese lugar donde quiero estar. Estar de viaje no es para mí la felicidad. Aunque haya sido muy feliz en toda mi estancia en Sri Lanka, lejos de las obligaciones y responsabilidades diarias, libre de presiones y disfrutando cada día de un montón de estímulos nuevos y diferentes, la felicidad no es eso. Porque esa no es la realidad de mi vida.
Por tanto, la primera pregunta que debemos hacernos para caminar en esa dirección debería ser….
¿Qué es para nosotros la felicidad?
Y dándole muchas vueltas durante este mes a esta pregunta, y sin tener la certeza de tener la respuesta correcta para todos, pero sí para mí, cada vez estoy más segura que la felicidad es un estado. Un estado combinado de alegría, tranquilidad y amor resultado de una actitud con la que afrontamos la vida.
Como os decía en el anterior post, según el budismo, el ser humano tiende a la insatisfacción. A sentirnos infelices por vernos excesivamente sometidos a nuestros deseos, a todo lo que continuamente necesitamos en nuestra vida, y a nuestras aversiones, a todo lo que nos genera rechazo y no queremos en nuestra vida.
Pero también hay una cura para ese sufrimiento, que consiste en generar un estado de armonía donde no seamos tan vulnerables a todos esos “necesito” “no necesito” que dominan nuestro estado de ánimo y nuestras acciones y por tanto van describiendo nuestra vida.
Justo unos días antes de irme al viaje, hice un curso de iniciación al Reiki. La verdad que no porque me sienta muy atraída por esta técnica, sino porque creo que para mí es importante tener al menos una noción de qué son todas estas técnicas alternativas que se utilizan desde hace años para mejorar nuestra vida. Al menos para saber qué es. No puedo dar una opinión súper precisa porque fue un curso de 4 horas, pero me quedé con varias cosas que me parecieron muy interesantes.
La primera, la buena salud y armonía que transmitía el maestro, se notaba que realmente practicaba diariamente y lo encarnaba a la perfección, algo muy importante a la hora de ser maestro de algo. Y la segunda, que me encantó el manifiesto de vida que proponían y al que le he dado muchas vueltas este viaje.
Los Cinco principios del Reiki
[box type=»download»]
Aquí y ahora….
- No te irrites
- No te preocupes
- Se agradecido
- Trabaja Honradamente
- Se amable con todos
[/box]
Cuando nos los contó me gustaron, pero no ha sido hasta ponerlos en práctica en este viaje, que me di cuenta de lo realmente valiosos que son.
Los llevaba escritos en la primera hoja de mi libreta de viaje, donde escribía cada vez que tenía la necesidad de apuntar alguna experiencia o pensamiento. Así que los tenía muy presentes, porque esa libreta que me regalo Annita antes del viaje la llevaba siempre conmigo.
Vamos a verlos un poco para entender cómo los podemos aplicar en nuestro día a día.
AQUÍ Y AHORA
En el curso de Mindfulness hablo mucho de la importancia de estar presente. Y es que la felicidad, sea lo que sea, y se defina como se defina, es algo que solo se puede disfrutar en presente.
Como ejemplo os puedo poner sensaciones que tuve en el Vipassana que describen esto perfectamente.
Me acuerdo como cuándo conseguía estar centrada en la meditación de ese momento, sentía esa armonía y una sensación de paz y felicidad, de estar a gusto conmigo misma muy parecida a la felicidad.
Sin embargo, cuando mi mente se iba al futuro, a los días que nos quedaban allí, a lo que quería hacer cuando saliera, o al pasado, a recuerdos de personas con las que quería hablar…etc, había angustia y ansiedad.
Por eso es tan importante vivir conectados al momento presente, viviendo con atención plena cada paso que damos, cada persona con la que hablamos, cada trabajo que realizamos, cada canción que escuchamos…viviendo a cada instante la experiencia que nos ancla al momento presente. E incluso las experiencias desagradables, con atención plena, también son menos desagradables.
NO TE IRRITES
Esta es buena. Sabemos perfectamente que la ira y la rabia nada tiene que ver con la felicidad, Sin embargo, nos dejamos llevar por ellas en innumerables ocasiones, produciendo en nuestro cuerpo un torrente de emociones y sensaciones desagradables y nada saludables.
La verdad es que, sin ánimo de caer en utopías, para esto los orientales son mucho mejores que nosotros. Y es que no sufren lo más mínimo por la mayoría de las cosas que nosotros nos llevamos unos disgustos terribles. Como mejor ejemplo es el tráfico y la conducción allí. Conducen de locos, es verdad, van pitando todo el rato, hacen adelantamientos cuando viene otro coche de frente…en fin, no estoy poniendo eso como ejemplo, pero su actitud…os prometo que no se enfadan, ni se irritan en ningún momento. Es alucinante, con los berrinches que nos llevamos aquí cuando se nos cuela un coche en el carril de aceleración ¿no es así?
La cuestión, es que a veces, vale más hacerse la pregunta de ¿sirve de algo que me enfade? Porque si no…lo único que conseguimos es desencadenar un proceso que no es nada saludable para nuestro cuerpo, ni para nuestra mente. Y esto es lo mismo aplicable a mis hijos, a mi jefe, a mi pareja, a mi amiga la que tiene mucho morro…
Saber distinguir cuando merece la pena tomarse en serio un asunto, y hablarlo con alguien, sin acritud y enfado para resolver un problema real, y cuando no merece la pena y el enfado me hace perder incluso la razón, nos ayudaría mucho a ese camino en busca de la felicidad.
NO TE PREOCUPES
Este es sin duda mi punto débil de la lista. Ahí donde me veis tan feliz siempre, soy la reina del preocuparme. Y es que mi mente tiene mucha tendencia a ir hacia delante y pensar en los “por si acaso pasa esto o lo otro”
Esto es algo que nos vuelve a desconectar del presente, generando una angustia innecesaria por algo que todavía no puedes saber, así que una vez más no sirve nada dedicarle tiempo ni esfuerzo antes de que suceda.
En este viaje y gracias a Annita he aprendido mucho de ello. Cada día, más o menos establecíamos la ruta del día siguiente y dónde íbamos a dormir. Automáticamente, mi instinto me llevaba a buscar en booking un hostel, casita o lo que fuera para pasar la noche. Yo pensaba, llegaremos cansadas, y si no encontramos nada, y si nos timan allí al no haberlo reservado…
Pues nunca fue así. Los mejores sitios los encontramos fluyendo y dejándonos guiar por las personas locales y sus indicaciones. Siempre descubríamos cosas mucho más auténticas y genuinas de lo que puedas reservar en booking y mucho más barato al tratar allí directamente con ellos y negociar el precio.
Así que, he podido comprobar una vez más a través de la experiencia, como cuando confías en la vida y no te preocupas, las cosas salen, mejor incluso que si las hubieras planeado al detalle. Y si alguna vez no es así, siempre es posible encontrar una solución.
SÉ AGRADECIDO
Cada día, agradecer el mero hecho de estar vivos, de tener salud. De tener lo suficiente para poder disfrutar de la vida y sus placeres.
Esto es algo que he desarrollado mucho a raíz del Vipassana, ya que 10 días sin ningún lujo ni capricho de los que día a día tenemos en nuestra vida, hacen que luego valores todo mucho más. Es como que me siento profundamente agradecida por todo lo que tengo en mi vida, hasta de cosas que antes no las sentía como buenas.
Y esta sensación te brinda un estado de tranquilidad muy parecido a la felicidad os lo aseguro.
Poner el foco en las cosas buenas que tenemos y saber valorarlas. Desde las cosas más pequeñas a las más importantes. Agradecerse a uno mismo cada día todas las cosas que hacemos bien, y agradecer a todo nuestro entorno la ayuda que nos brinda. Hasta agradecer al universo todo lo que nos da cada día nos acerca en ese camino a la felicidad.
TRABAJA HONRADAMENTE
Pues esto es algo que pensar mucho estos días también de viaje. A veces nos esforzamos mucho en tener éxito por nuestro trabajo, en obtener reconocimiento, en que se nos valore por lo que hacemos…y en el fondo, analizando las cosas que más feliz me han hecho en mi trabajo en los últimos años, han sido aquellas que he hecho con el corazón, sin buscar reconocimiento e incluso aquellas que servían a los demás sin necesidad de llevarme yo el mérito.
Me he dado cuenta lo importante que es que en nuestra vida parte de nuestro trabajo o de lo que hagamos en la vida, sirva para algo, o para alguien y no sólo para ganar dinero.
Por eso como os decía, dentro de las cosas que puedo hacer en el marco de Inspirafit, cosas como las del viaje a Sierra Leona, etc donde no hay ningún interés económico y sí un interés por servir a otros que lo necesitan más, quiero que vayan teniendo más peso y un papel importante.
SÉ AMABLE CON TODOS
Y esta, sin duda, creo que es vital para conseguir ese estado felicidad que todos buscamos. Ser amable. Esta palabra últimamente resuena mucho en mi cabeza.
Me gusta más su versión en inglés: Kind porque tiene un significado de amabilidad, pero también de bondad. En castellano, sin embargo, la amabilidad se confunde con educación, y consideramos amable al que nos abre la puerta o nos da las gracias.
Y es así, pero a lo que esta lista se refiere en cuanto a los hábitos que nos ayudan a encontrar la felicidad va más allá.
Se trata de cultivar la bondad, hacia todo y todos los seres del universo y en especial hacia nosotros mismos. A veces es complicado mantener este equilibrio entre la dar en la vida y querernos a nosotros mismos. Precisamente ayer hablaba en Instagram sobre ellos y muchos reaccionasteis porque os sentías identificados.
Es importante encontrar el equilibrio entre lo que las personas necesitan de ti y lo que necesitas tú para ti mismo. Es una balanza difícil de mantener, por un lado, la generosidad de estar para los demás nos hace mejores y más felices, pero por otro, cuando nos vaciamos y nos desconectamos de nosotros mismos perdemos la capacidad de estar bien. Y si no estamos bien con nosotros tampoco lo podemos estar para los demás.
Por eso es tan importante tender al equilibrio entre ese dar y darme en la vida.
¿Cómo sientes que aplicas esto en tu vida?
Os voy a pedir que os escribáis estos 5 principios en una nota y, como yo, los llevéis cerca para que hagáis la prueba durante al menos una semana de intentar cumplirlos.
A ver qué cambios se producen. ¿creéis que en una semana podemos sentirnos más cerca de la felicidad?
Pues recuerda
Espero que os haya gustado y motivados a vivir cada día con la intención de ser más felices porque como digo siempre.
“La felicidad no es un estado, es una decisión que tomamos cada mañana al despertar”