Pues sí, tal como vino se fue. Parece que agosto empezó hace años, pero las vacaciones se acaban y llegó el momento de volver con nuestras obligaciones cotidianas y hoy os voy a presentar a dos maravillosos aliados para hacerlo en perfectas condiciones: la meditación y el yoga.
Cambiamos la anarquía y relax veraniegos por la disciplina y la tiranía del reloj y es muy frecuente que este cambio entre «il dolce far niente» y la ajetreada vida laboral y familiar nos ocasione serios problemas de ansiedad.
Ahí es donde la relajación y la conexión con nosotros mismos que nos aportan el yoga y la meditación nos pueden hacer mucho bien, no solo para aterrizar suavemente en nuestra vida habitual, sino para luego volver a despegar en esta con la misma suavidad. Este parón veraniego te da la oportunidad de volver a empezar las cosas de forma diferente, con más calma, conectando más contigo mismo, creyendo más en tí mismo y mostrando, en esta nueva temporada, tu mejor versión.
Acepta el poder del AHORA para conectar con la vida
Acabas de volver de vacaciones y es muy posible que estés haciendo listas mentales de cómo organizarte, cuándo hacer qué y cómo encajarlo todo.Y es que cuando la vida se convierte en una lista de tareas sin fin, y nuestra misión en ella, tachar cosas de esa lista, dejamos de vivir realmente cada una de esas experiencias, anteponiéndonos constantemente a la siguiente. Dejamos de vivir en presente, viviendo en un futuro cercano y angustioso en el cuál siempre hay algo que hacer. El Futuro no es más que un objeto en la mente, un pensamiento.
Como te decía en este post que tiene un interesantísimo vídeo que te recomiendo ver, nosotros no vivimos en el futuro, vivimos AHORA, en el presente y es ahora donde debes focalizar tu atención y tus desvelos y no angustiarte por los papeles, viajes y reuniones que te esperarán el próximo lunes. Cuando lleguen…llegarán, pero ahora tú estás aquí y estás bien.
Fija tu atención para descubrir lo que realmente quieres
El verano es un tiempo maravilloso para ver las cosas con un poco más de perspectiva gracias a ese estado de relajación que nos ha producido la desconexión del trabajo y de las responsabilidades. Pero también es fácil que a la vuelta, tengamos la sensación de todo empieza demasiado rápido. Volvemos con ganas de comernos el curso, cumplir todos nuestros propósitos y de repente el ritmo al que todo sucede empieza a acelerar y “la vuelta al cole “a veces se nos puede hacer un poco bola.
Mi propuesta para hoy es que aprovechemos esa fuerza con la que solemos venir de vacaciones, para, antes de empezar a marcarnos un montón de objetivos para este nuevo curso, comencemos con uno principal que nos ayude después a todo lo demás. Y este no es otro que conseguir fijar más la atención en nosotros, en nuestra vida y en lo que nos pasa.
¿Cómo lo hacemos? En este post os proponía tres ejercicios muy sencillos para conectar con nosotros mismos y centrarnos en lo realmente importante. ¿Os animáis a hacerlos?
Para la mente, menos es más
Aunque ahora estéis descansados, si os zambullís sin más en la vorágine laboral, es posible que, en breve vuestras sensaciones sean de angustia y eso derivará en que vuestra energía se evapore, porque al fin y al cabo, realidad no es más que la interpretación que cada uno de nosotros hacemos de los hechos, y si mis sensaciones, son de angustia, va a ser imposible percibir la realidad de forma positiva por buena que sea.
Lo que piensas, delimita cómo te sientes y, por tanto, cómo te enfrentas a las cosas que te suceden. Por tanto, lo que te propongo es que centres en la raíz de todo este sistema, el PENSAMIENTO, y que intentes trabajar la mente para que ésta genere pensamientos positivos que te ayuden a enfrentarme mejor a la realidad que te rodea.
Como os decía en este artículo, hay muchas formas de hacerlo, todas igualmente válidas pero la mayoría de ellas tienen en común intentar rebajar la velocidad de nuestros pensamientos para poder ver con más claridad y vivir cada instante con atención plena.
Haz de la meditación tu aliado en la vuelta al cole
En el año 2012, en un estudio realizado en la Universidad de Wisconsin llegó a la conclusión de que un monje budista era «la persona más feliz sobre la tierra». Dicho estudio indicaba que el cerebro de ese monje funcionaba de manera muy diferente al resto de los humanos, mostrando mucha más actividad en la parte relacionada de manera directa con la sensación de bienestar y la adversidad a la negatividad.
Increíble o no todo esto, ya no es sólo una filosofía, o religión, sino que existen numerosos estudios que avalan los beneficios físicos que la meditación aporta a nuestra mente. Por eso este post iniciaba precisamente con la frase “la mente también se entrena”. De hecho, la palabra que designa meditación en pali, que era el lenguaje del Budha, significa “familiarizarse o entrenar”.
En este artículo os hablaba más del tema y es algo de lo que hablaremos frecuentemente aquí, pero para empezar os propongo hacer un ejercicio de respiración para focalizar toda nuestra atención en lo que estamos haciendo y en cómo el aire entra y sale de nuestro cuerpo.
Desbloquea tu mejor versión a través del yoga
¿Por qué no haces que el yoga sea un compañero inseparable en esta nueva temporada?
Tener una rutina pequeña de Yoga por las mañanas te ayuda mucho a encontrar mucha más serenidad y claridad mental a lo largo del día, lo que te ahorra mucho tiempo después en otras tareas con la mente más lúcida.
Y es que, si los beneficios físicos de Yoga para los que practicamos deporte son grandes, los psicológicos son si cabe mucho más notables.
Como os contaba en este post, cuando el Yoga está más presente en mi vida me siento mucho más capaz de mantener la serenidad ante cualquier situación, me siento más en calma, más conectada conmigo misma, de tal manera que me cuesta menos escuchar a mi cuerpo.
Y esto es todo por hoy, solo desearos una feliz vuelta de vacaciones a tod@s y deciros que la semana que viene volvemos a vernos por aquí…eso sí, muy calmados y relajados todos ¿verdad? 😉
Frase para hoy
Hay dos maneras de vivir la vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro. Albert Einstein
Pau